Cientos de personas protestaron por la justicia climática, con un evento público en Cinelândia, en el centro de Río de Janeiro (RJ), Brasil que reunió a movimientos populares, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. La iniciativa es de la Cumbre de los Pueblos Rumbo a la COP 30, una articulación de más de 400 entidades nacionales e internacionales, para involucrar y amplificar la voz de la sociedad en los debates y decisiones de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realiza en noviembre, en Belém do Pará, en el Norte de Brasil.
Representantes de las organizaciones de la Cumbre están construyendo un calendario de movilización e incidencia política a lo largo de 2025, en una reunión entre el 3 y el 9 de febrero, en la capital de Rio de Janeiro.
“Vamos a Belém, pero Belém es aquí y ahora, tenemos que coordinarnos con esa agenda. Defenderemos principalmente a los pueblos, porque son las comunidades ribereñas, las mujeres, los indígenas, los quilombolas, las periferias y las favelas los que están en juego si la agenda climática avanza como está en la COP 30”, afirma la educadora popular Sandra Quintela, de la coordinación de la Red Jubileo Sur Brasil (JSB).

Representantes de la coordinación y entidades miembros de las redes Jubileo Sur Brasil y Jubileo Sur/Américas en la movilización rumbo a la COP 30 (de izquierda a derecha): Sandra Quintela (JSB), Ivonne Yanes (Acción Ecológica – Ecuador), Miguel de Borba Sá (JSB), Carmen Castro (Instituto PACS), Francisco Vladimir (JSB) y Beverly Keene (Dialogo 2000 – Argentina).
“Lo que está en juego es la financiarización de la naturaleza, la venta del aire que respiramos, del agua que bebemos, de la biodiversidad, de los ríos, de los pueblos, de todo. (…) El calor es mayor en las favelas y periferias, los países pobres están sufriendo mucho más, por eso la COP 30 es una agenda para los pobres”, añadió.
Durante la protesta, Sandra Quintela llamó la atención sobre el aumento de la deuda pública en Brasil, que llegará a R$ 9 billones en 2024 (alrededor de 1,55 billones de dólares estadounidenses), consumiendo recursos que podrían invertirse en la población ante el cambio climático, además de salud, educación y trabajo.
También alertó sobre el aumento de la deuda ecológica, que es causada por violaciones socioambientales. Un ejemplo es la impunidad de empresas contaminantes como Ternium, ubicada en el barrio de Santa Cruz, en la zona oeste de Río de Janeiro. La mayor siderúrgica de América Latina y el país emite 10 millones de toneladas de CO2. Desde hace años, el Instituto PACS viene denunciando el historial de violaciones de Ternium, los diversos daños ocasionados en el territorio y los impactos en el calentamiento global con la emisión de contaminantes.
Para saber más, acceda al folleto “Cambio climático y siderurgia: impactos locales y globales de Ternium Brasil” (en portugués), producido por el Instituto Pacs en colaboración con el Foro de Cambio Climático y Justicia Socioambiental, organizaciones miembros de la Red JSB.
Por Flaviana Serafim – Comunicaciones Jubileo Sur Brasil y Jubileo Sur/Américas
Foto de portada: Mídia Ninja